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Antes de descubrir lo bueno que era el yoga para la espalda, el dolor y el ibuprofeno eran las dos cosas más presentes en mi vida. Eran absoluta e incuestionablemente parte de mi realidad.
Mi madre tenía dolor de espalda y de cuello constante, en parte por tener escoliosis y en parte por mala postura. Yo también tenía dolor constante en ambas zonas y ni se me pasaba por la cabeza lo mucho que necesitaba hacer yoga para la espalda.
El dolor me parecía parte normal del día a día y a aquella edad, siendo tan joven, ir encorvado por la vida y tener mala postura era como llevar una insignia honorífica.
A medida que pasaba el tiempo, mi mala postura y el dolor fueron empeorando y finalmente me cuestioné si aquello era tan normal como yo pensaba. Fue aquel cuestionamiento lo que acabó por llevarme a la práctica de yoga para la espalda. Y menos mal que fue así.
Las primeras clases de yoga fueron como una señal de alarma para ver lo realmente mala que era mi postura y hasta qué punto me estaba limitando.
Pero tras esas primeras clases inmediatamente comencé a ver increíbles resultados en mi flexibilidad , mi postura y lo más importante, en el alivio de mi dolor diario.
Claro, de vez en cuando tenía dolor de cuello ocasional tras algún día intensivo de trabajo o la extraña sensación de sensibilidad muscular después de hacer ejercicio físico intenso.
Pero aparte de estos casos excepcionales, desde que empecé a practicar yoga para la espalda, el dolor que siempre me había parecido completamente normal, sencillamente ya no existía.
Me quedé completamente perplejo, tenía que averiguar cómo esto había sido posible. Fue así como comenzó mi devoción hacia el yoga que me duraría para toda la vida.
Después de experimentar los increíbles resultados que había tenido para mi practicar yoga para la espalda, quería averiguar de qué más formas esta bella práctica podía transformarme.
Así que me pasé los siguientes 30 años practicando yoga y aprendiendo como practicante, yogui, monje y profesor con distintos maestros y tradiciones por todo el mundo.
Después de tanto viajar, estudiar y practicar, puedo decir con certeza que estos 4 son algunos de los beneficios más potentes y profundamente simples con los que yoga nos ayuda a sanar el dolor de espalda:
Practicar yoga para la espalda es esencial, porque el yoga incorpora estiramiento muscular y relajación mental, lo cual reduce el estrés y la tensión de los músculos.
En cada postura de yoga, ciertos músculos se flexionan mientras que otros se estiran, promoviendo la relajación y la flexibilidad tanto en los músculos como en las articulaciones.
Para las personas que tienen dolor en las lumbares, hacer yoga para la espalda es muy importante, ya que al practicar se estiran distintas partes del cuerpo (no solo la espalda), lo que es fundamental.
Por ejemplo, estirar los tendones de la corva, los músculos de la parte trasera de los muslos, ayuda a expandir el rango de movimiento de la pelvis, lo que disminuye el estrés que soporta la zona lumbar de la espalda.
El estiramiento que producen las posturas físicas de yoga disuelve los rígidos patrones de soportar la tensión e incrementa el flujo sanguíneo y el riego que reciben los músculos, aliviando así muchos tipos de dolor de espalda.
Al practicar yoga para la espalda estamos aumentando la fuerza de los músculos adecuados y de grupos musculares muy específicos en el cuerpo.
Estos grupos musculares, cuando son débiles o están fuera de alineamiento, pueden crear dolor de espalda crónico, una situación que resulta familiar a muchas personas.
La concentración en estos músculos y su activación al sostener ciertas posturas de yoga para la espalda, crea más fuerza y estabilidad en estas áreas, aliviando el dolor y las molestias.
Muchas posturas de yoga fortalecen los músculos de la espalda tanto como los músculos del abdomen, que son componentes esenciales de la red muscular que apoya la columna vertebral.
Por eso fortalecer el abdomen ayuda al cuerpo a mantener una buena postura, lo que se traduce en una espalda más sana.
Cuando acondicionamos estos músculos de forma regular al practicar yoga para la espalda, el dolor se puede reducir enormemente e incluso eliminar por completo.
Una secuencia inteligente de posturas de yoga para la espalda entrena de forma efectiva el cuerpo para estar saludable y flexible.
Esto resulta en una espalda más sana con mejor postura y equilibrio corporal, con la cabeza, hombros y pelvis en correcto alineamiento.
A diferencia de muchas otras formas de ejercicio, el yoga estira y fortalece ambos lados del cuerpo por igual para mantener equilibrados los músculos y articulaciones.
El alineamiento adecuado y la buena postura que se desarrolla con yoga, nos ayuda a mantener la curvatura natural de la columna, un factor muy importante para aliviar el dolor de espalda.
Las formas específicas de posicionarnos y recolocarnos en las secuencias de yoga para la espalda nos entrenan para comprender las limitaciones de nuestro propio cuerpo.
Tener mayor consciencia actúa como medida preventiva para saber qué tipo de movimientos deberíamos hacer o evitar. La consciencia del alineamiento adecuado es especialmente importante para las personas que sufren dolor de espalda.
En yoga, aprendemos a usar los músculos para primero crear una base sólida para el movimiento y después seguir el alineamiento adecuado, que nos empodera para movernos correctamente y sin dolor.
Si sufres dolor crónico, siempre habla con tu médico antes de comenzar tu práctica de yoga para la espalda.
Esto es especialmente importante si tienes problemas o lesiones importantes, como una hernia discal, una fractura o cualquier otra situación en la que el yoga pueda no resultar adecuado en ese preciso momento.
Generalmente es mejor no comenzar un programa de yoga si tienes un dolor muy punzante, pero una vez la fase inicial de sanción de la lesión (caracterizada por inflamación y dolor) ha pasado, practicar yoga puede ser extremadamente útil para seguir sanando y ayudando a tu espalda.
Si a ti también te duele la espalda, como me pasaba a mi, espero que esta información te pueda ser de ayuda, ya que una espalda sana es esencial para nuestro bienestar.
¡Espero verte pronto en la esterilla!
